Alcaldesa monopolizará a productora por mas de 325 millones

    El día 20 de marzo, exactamente una semana después de que publicáramos el negocio redondo que mantenía la Corpo de Quilicura con una productora de eventos, la Alcaldesa Bobadilla decidió realizar un movimiento estratégico para asegurar por todo el año a un oferente de su confianza y así poder aprobar en un solo acto las suma de nada menos que $ 325.000.000 (trescientos veinticinco millones de pesos), así lo especifica en la licitación denominada “Servicio y desarrollo de eventos municipales 2025” (ID 2483-68-LP25) documento en el cual se aprueban las bases para que los “preferidos” de la gestión postulen y se adjudiquen entre los mismos de siempre la generosa suma de dinero. Hay sólo 3 alternativas de adjudicación posible, y nuestro medio se atreve a vaticinar que uno de estos oferentes que mencionaremos a continuación se llevará la torta. La primera opción la tiene la ya mencionada en nuestra nota  de la semana pasada, Ariete Producciones E.I.R.L., quienes vienen hace rato cerrando contratos con Mauricio Novoa, el encargado de la Corporación Cultural del Municipio, el segundo candidato de la terna fija es RBM, la productora de un ya consagrado en las licitaciones Municipales, Roberto Burgos, quién corre también como favorito debido a asu cercanía con Gorsky Toro, uno de los pertenecientes al círculo de fuego de la Alcaldesa Bobadilla y que mantiene hasta un lazo casi familiar con Burgos que se remonta a la era Carrasco,  y por último, la tercera opción, quizás un poco más conocida para este evento específico (ya que se la adjudicado los últimos 5 años gracias a la gestión de la ex administradora Municipal Jimena Jorquera) es la productora del fallecido Vicente de Nicola, que hoy por hoy está dirigida por su hija. Aclarámos que la intención de nuestra publicación es para mantener informada a la comunidad acerca del caudal de dinero que por todo una año y de manera exclusiva se adjudicarán los amigos y cercanos a esta gestión, y si bien es cierto, no podemos impedirlo, si queremos poner al ciudadano común aquello que los concejales sólo observan sin que les provoque la más mínima inquietud en su rol fiscalizador.