Detrás de los departamentos

    En 1991, Quilicura sufría una catarsis cultural e intelectual, parecían abrirse las puertas de un conocimiento negado por las oscuras intenciones de la cruenta dictadura de Pinochet, todos queríamos leer, pintar, saber más de los íconos culturales extranjero, enterarnos de los modelos económicos y artísticos que parecían venir de los 4 puntos cardinales…. Llegaba la tan mentada democracia, vociferada incansablemente por la oposición de entonces, oposición que luego de unos años muto a oficialismo imperativo. Con el tiempo la desilusión ha sido un conformante definitivo de lo que moldeamos como democracia “chilensis”, con fraudes, abusos de poder, mafia financiera, colusiones, desfalcos, tráfico de influencias y robos descarados hemos asimilado que esto es casi normal y que forma parte de los gobiernos que se han llenado la boca con clichés como igualdad o justicia. Pues bien, a principio de la década de los 90´s, nuestra comuna todavía era un pueblo simpático y atractivo al vecino inmediato, nos admiraban por nuestra chicha y nuestro aire limpio y sin duda nos fuimos convirtiendo en un cúmulo de terrenos interesantes para las intenciones del Serviu (hoy Minvu), quienes manifestaron a la que era la alcaldesa en su primer periodo por esos años, Carmen Romo, la idea de emplazar en los sectores ponientes de nuestra comuna algunos conjuntos poblacionales de avanzada, unos que vendrían en beneficio de los abundantes allegados de nuestra querida Quilicura…. Después de 20 años todos estamos viviendo el resultado de esas “negociaciones” en supuesto beneficio habitacional para nuestros coterráneos, no vamos a generalizar en los malos índices, pero es inevitable reconocer que sólo un bajo porcentaje de todos los habitantes de poblaciones como Valle de la luna, Parinacota, Pucara de Lasana o Cardenal Raúl Silva Henriquez han solucionado lo que se refiere a calidad de vida. Ayer, con una pomposidad que se ha vuelto característica, la dupla Bachelet-Carrasco anunció a los medios la construcción de cerca de 1200 departamentos que irían en beneficio de algunas agrupaciones locales y en otro porcentaje para vecinos de comunas aledañas. Esto a simple vista es una buena noticia, es otra visita de la presidenta para decirnos con hechos concretos que la comuna anda bien, pero en nuestro fuero interior todos sabemos que no es tanta la maravilla, estamos consientes que el tiempo nos hablará de algunos conflictos armados, robos a los nuevos vecinos, vulnerabilidadlos derechos de vivir en edificios etc… No vamos a mencionar por esta vez el colapso vial que esto también trae consigo, eso daría para otra crónica.